Push es un film dirigido por Paul McGuigan director de otras películas entre las que se pueden destacar El caso Slevin, Obsesión o Ganster Nº1. Es una pena que en Push no saliera Josh Hartnett pues seguramente me hubiera resultado más entretenida, pero aun así ha estado bien.
El argumento de Push es el siguiente:
Unos jóvenes con poderes telequinéticos y habilidades clarividentes se esconden de una agencia gubernamental clandestina (La División) que trata de capturarlos para utilizarlos en su propio beneficio.
Cada poder y su poseedor tienen su propio nombre, hay un total de 13 y son los siguientes:
Bleeders: Gritan a frecuencias muy altas produciendo hemorragias internas en el enemigo
Changers: Cambian su apariencia por la de otra persona.
Movers : Mueven objetos sin tocarlos.
Phasers: Pueden atravesar cualquier objeto sólido.
Porters: tienen la capacidad de tele-transportarse.
Pushers: Tienen la capacidad de controlar los pensamientos de los demás, introduciendo ideas en la mente de los otros aunque no sean reales controlando así sus acciones.
Readers: Son similares a los Sniffers pero necesitan el contacto físico con el objeto.
Shadows: Ocultan personas y recintos de los rastreadores.
Shifters: Cambian las apariencias de los objetos durante un tiempo limitado.
Sniffers: Con “oler” un objeto pueden ver la historia pasado del objeto y saber los lugares donde ha estado.
Stitches: Sanan o dañan a través del tacto.
Watchers: Pueden ver el futuro.
Wipers: Borran los recuerdos de una persona durante un tiempo.
Sin duda yo preferiría tener el poder de cambiar la apariencia de las cosas pues en la película el shifter que aparece es el que mejor vive de todos.
Voy a analizar a los bleeders y sus “grititos”.
Un grito de vez en cuando en los momento de estress puede ayudarnos y que nos relajemos un poco, por lo que estos chicos deben de estar bastante relajadillos.
En esta película no hay ningún dato numérico que podamos utilizar para desintegrar a los bleeders pero como hemos visto en el video anterior podemos observar como rompen los cristales de una pecera o los de un escaparate.
Romper un vaso con la voz es posible pero como pueden los “sangradores” romper un escaparate situado a
Abordaremos la física en busca de la respuesta.
El sonido es una onda mecánica tridimensional que se propaga únicamente en presencia de un medio material elástico, en este caso el vidrio. El hecho de que veamos como la estructura del vaso empieza a oscilar es consecuencia del fenómeno denominado resonancia, al igual que la rotura del vaso.
La frecuencia natural de resonancia de un vaso de vidrio se encuentra en torno a una presión acústica de unos 140 decibelios, sabiendo que el nivel de presión acústica viene dado por:
Donde, P es la presión sonora del sonido cuyo nivel se quiere calcular y P la presión de referencia asociada al umbral de audición (2·10-5 Pa).Entonces por eso:
Cuando doblamos la distancia a una fuente sonora el nivel de presión disminuye 6 dB. La relación entre el nivel de presión acústica y el de potencia acústica nos da el valor de esta disminución:
Siendo r la distancia a la fuente emisora de sonido.
La comparación de la potencia de la fuente comparada con la potencia de otra fuente cuyo sonido esté en el umbral de audición viene dada por la fórmula siguiente:
Donde W es la potencia acústica del sonido cuyo nivel se quiere calcular y W0 es la potencia de referencia asociada al umbral de audición (10^-12 W)..
Para una distancia de
La intensidad de este sonido vendrá dada por la misma ecuación que para una onda esférica por tanto:
Y así obtenemos una intensidad de 111 W/m2 para un solo vaso situado a
Referencias:
http://www.aullidos.com/pelicula.asp?id_pelicula=2476
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